HOJAS - Cap1

HOJAS
Autor: José Leonardo Uruzola

Capitulo 1.

Una noche tormentosa, un barco surcando aguas turbulentas, mientras los marineros eran increpados por el capitán.

-¡Saquen el agua que se está filtrando en la proa y aten las provisiones que pueden caer al mar!- decía el capitán con gran preocupación y la mirada directa hacia un cofre en particular.

Este capital llamado Lerón Tivaes de repente entró en un sueño, en una tormenta de recuerdos.

-¡Señor Tivaes! ¡Señor Tivaes!- gritando dijo uno de sus ayudantes mientras salía corriendo de una mina en la que estaba el y toda su tripulación excavando e investigando en busca de quien sabe qué.
Este le puso las manos en los hombros de su ayudante.
-Tranquilo joven, ¿que encontraste?- dijo Lerón con una sorpresa y alegría reflejada en sus ojos y sonrisa.
-Encontramos la Hoja señor, la encontramos, pero está dentro de un cofre por lo que parece irrompible, ¿que hacemos señor?-
-No tranquilo, ese cofre no debe abrirse, suban el cofre al barco, ¡nos vamos!-

Con gran alegría y esperanza, el capitán observaba a sus fieles ayudantes, mientras sonríe y toma rumbo hacia el galeón.
Lerón deja de recordar, volviendo a la realidad, en las turbulentas aguas que azotan el hermoso galeón al que le dio a llamar, La Gran Felina.
Lerón miraba al cielo, y puso a pensar sobre su familia.
Su hijo adolescente Trégo, su hija dos años menos que su hermano, Dialamena y su esposa Marneda.
Sonrío, brotó una lágrima de su rostro.
-¡Quien quiere morir aquí o vivir como verdaderos hombres?!-grito Lerón a toda su tripulación.
Todos dieron un solo grito homogéneo con la frase “¡Por la Felina!”
Ya que toda la tripulación era muy fiel a su capitán y su gente.
Todos eran como un solo clan, se los conocía como los Desgarradores, ya que eran tipos duros, agresivos pero si se trataba de buenas causas, y tomar la ley por mano propia, ellos eran los perfectos mercenarios que con solo un grito de socorro, ellos ayudaban, eran buscados por lo que dicen “la ley”, pero eran muy queridos por el pueblo y su gente.
Todos corrían de un lado a otro, y se ayudaban, para poder pasar la tormenta.
El capitán con lágrimas en los ojos aun, les dijo a sus marineros.
-¡COMPAÑEROS! Nosotros somos la clase de hombres que no pueden morir!-Muy emotiva su frase hacia su tripulación, todos tuvieron un subidon de moral.
Una vez superada la tormenta, todos descansando, Lerón escribe una carta a su familia.

Querida Familia, hoy les cuento que encontramos el cofre de la HOJA, aunque la tormenta que tuvimos hace rato, casi nos mata, tranquiliza a los chicos, esta todo bien, y solo quería decirte que te amo, recuerda que pronto cuando todo esto termine, voy a estar con ustedes todo el tiempo, para criar a nuestros hijos, cuidarlos, estar contigo y disfrutarlo.
Recuerda que jamás dejo de pensar en ustedes.
No me olviden, los quiere, Lerón Tivaes.

Lerón decide ir a dormir para por la mañana tocar muelle y entregarle a algún mensajero su carta para su familia.